Winston Muegues, enluta al vallenato

La celebración de las fiestas de la Virgen del Carmen, patrona de Manaure, transcurrió en medio de una tristeza profunda, por el fallecimiento, repentino del compositor Winston Muegues Baquero, un célebre manaurero, poseedor de un talento descomunal para hacer canciones y ganar festivales.


Acudió, como todos los años, al llamado de la Virgen del Carmen y de su tierra natal, en la que los nativos retornan entusiasmados para la celebración patronal del 16 de julio y, la mañana de ese día, lo sorprendió la muerte en su casa campestre dejando una estela de pesar y dolor en entre sus paisanos y en el folclor vallenato.


Había ganado el reconocimiento de compositor costumbrista de las nuevas generaciones. una autoridad para ganar festivales a través del concurso de canción inédita, arte en el que se volvió estratega. Decía que componía lo que la gente quería oír. Así era, cuando se inscribía para los concursos, ya había recorrido los recovecos de la historia, la cultura y las fiestas tradicionales y los personajes de cada pueblo, así como las vivencias arrinconadas en los recuerdos de la gente y de allí componía la canción ganadora.


Ganador incontenible
Sus triunfos en festivales Vallenatos de la región y el país, parecen sobrepasar los 100, incluido el Festival de la Leyenda Vallenata, en el que Muegues Baquero, se coronó rey en dos oportunidades: 1999 y 2001, con las puyas ‘Los barrios del Valle’ y ‘La estratificación’, respectivamente.


Su legado lo completan un catálogo de canciones como ‘La novia del Valle’, que le compuso a la Cacica Consuelo Araujo Noguera; La cartilla de Nacho lee, ´El Yerbatero´, ´Las mujeres de mi tierra´, ´Dame vida, Señor´, entre otras. Pero Winston, no sólo tuvo grandes virtudes para ser compositor lo que hereda de las dos familias que se cruzaban en sus ancestros: Muegues, de los cual su tío Juan Manuel, fue gran exponente como músico y compositor, sino también de los Baquero, apellido de La Vieja Sara, madre del maestro Emiliano Zuleta, El Viejo Mile; fue docente y reconocido por su pasión alrededor de las riñas de gallo.


Manaure acudió en masa a su sepelio y sus familiares, su hija Jadith, especialmente, quien heredó su vena musical, están golpeados por la pérdida irreparable de un juglar de las calidades de Winston, quien seguirá vivo en su obra musical.


El alcalde de Manaure, Juan Carlos Araujo, la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, sus colegas compositores y artistas como el cantante Rafa Pérez, quien grabó obras de este inolvidable compositor lamentaron el hecho y expresaron su dolor por la pérdida irreparable, pero queda su legado para las nuevas generaciones del vallenato.

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Luis Joaquín Mendoza Sierra

De esencia campesina, hijo de la calle, como llamaron, por siempre, a los paridos fuera del matrimonio, nacido en el corregimiento de La Peña (La Guajira), creció realizando tareas rurales en calidad de sirviente, hasta que soñando trascender, fundado en su gran tenacidad, se trasladó a Valledupar, y al ganar unos pesos desempeñándose como maletero y, más tarde, lustrabotas en el aeropuerto Alfonso López, de esa ciudad, se lanza a la conquista del universo que soñaba convirtiéndose en comunicador social-periodista, en la Universidad Autónoma del Caribe.

Luego de un recorrido feraz a través de medios de comunicación de Valledupar, escala hacia Bogotá en donde labora como periodista de RCN radio orientado por el maestro Juan Gossaín, y al tiempo, por las noches y los fines de semana estudia, inicialmente, la maestría en ciencias políticas y, luego, la especialización en integración económica internacional en la Pontificia Universidad Javeriana.

La experiencia y los estudios lo convierten en estratega de campañas políticas exitosas, a través de un marketing innovador y, finalmente se encamina por la competitividad a partir de la que lidera la formulación de planes y agendas de productividad y competitividad, de los departamentos del Cesar y La Guajira.

Luis Joaquín, un ser humano que transpira humildad y generosidad, ha escrito varios libros, entre ellos la biografía novelada de Diomedes Díaz, Un Muchacho Llamada Diomedes que, con la muerte del cantautor de fama internacional, desarrolla una versión aumentada llamada El Silencio del Coloso. Es, así mismo, músico y compositor por afición y estudioso de la competitividad territorial en la que se desempeña como consultor regional.