Un humilde campesino con escasa formación, descomunales limitaciones económicas y asilado en la ruralidad, con virtudes artísticas admirables asoma en el escenario del Vallenato con destellos de éxito. Su paisano y pariente Luis Joaquín Mendoza Sierra, periodista de formación, lo presagia. Por ello, en 1997, publica una obra, sobre su vida, que venía escribiendo hacía varios años.
El momento de la publicación anticipada, profetiza quizás, más que el estrellato el mito en que se transformaría Diomedes, a quien Luis Joaquín, venía siguiéndole sus pasos. Un artista genial pero aborrecido por muchos en razón de sus locuras algunas cercanas a excentricidades, incumplimiento, arrebatos, pero ya se perfila como el artista que revolucionaria el vallenato por su carisma, talento y calidad artística.
Un Muchacho Llamado Diomedes, es una crónica novelada sobre la vida de el llamado Cacique, cuyos últimos capítulos coinciden con la desgarradora muerte de Juancho Rois y dos más de sus compañeros al estrellarse en un avión en Venezuela, y con la unión de Diomedes con Iván Zuleta.
La admiración, casi devoción de Luis Joaquín Mendoza Sierra, por Diomedes Díaz, impregna su espíritu de una gran conmoción cuando se entera de su esperada muerte debido al declive de una estrella que se apagaba sin pausa, por su soledad, problemas de salud, excesos, fragilidad financiera.
Luis Joaquín, como dijo en uno de sus prólogos, valoró a tiempo el fenómeno musical y social en que se convertiría “una figura que surge de la nada y trasciende la vida bucólica para conquistar el universo de la cultura y el folclor.
Decide entonces, publicar una versión ampliada y mejora de Un Muchacho Llamado Diomedes, titulada El Silencio del Coloso, que incorpora las tragedias que golpearon de manera innoble al más grande del Vallenato: muerte de Dorys Adriana Niño, Guillan Barré, la cárcel, hasta llevarlo a la infausta muerte a través de la que el artista conocido popularmente como El Cacique, trasciende a la inmortalidad.
De esencia campesina, hijo de la calle, como llamaron, por siempre, a los paridos fuera del matrimonio, nacido en el corregimiento de La Peña (La Guajira), creció realizando tareas rurales en calidad de sirviente, hasta que soñando trascender, fundado en su gran tenacidad…
De esencia campesina, hijo de la calle, como llamaron, por siempre, a los paridos fuera del matrimonio, nacido en el corregimiento de La Peña (La Guajira), creció realizando tareas rurales en calidad de sirviente, hasta que soñando trascender, fundado en su gran tenacidad, se trasladó a Valledupar, y al ganar unos pesos desempeñándose como maletero y, más tarde, lustrabotas en el aeropuerto Alfonso López, de esa ciudad, se lanza a la conquista del universo que soñaba convirtiéndose en comunicador social-periodista, en la Universidad Autónoma del Caribe.
Luego de un recorrido feraz a través de medios de comunicación de Valledupar, escala hacia Bogotá en donde labora como periodista de RCN radio orientado por el maestro Juan Gossaín, y al tiempo, por las noches y los fines de semana estudia, inicialmente, la maestría en ciencias políticas y, luego, la especialización en integración económica internacional en la Pontificia Universidad Javeriana.
La experiencia y los estudios lo convierten en estratega de campañas políticas exitosas, a través de un marketing innovador y, finalmente se encamina por la competitividad a partir de la que lidera la formulación de planes y agendas de productividad y competitividad, de los departamentos del Cesar y La Guajira.
Luis Joaquín, un ser humano que transpira humildad y generosidad, ha escrito varios libros, entre ellos la biografía novelada de Diomedes Díaz, Un Muchacho Llamada Diomedes que, con la muerte del cantautor de fama internacional, desarrolla una versión aumentada llamada El Silencio del Coloso. Es, así mismo, músico y compositor por afición y estudioso de la competitividad territorial en la que se desempeña como consultor regional.