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Presidentes caribes

Desde Núñez, hace nada más ni nada menos que 128 años, no teníamos presidente de la República, Caribe, y en feliz y extraordinaria coincidencia los costeños celebramos, al tiempo, la presidencia en la Cámara de Representantes, de David Ricardo Racero Mayorca, hijo de una manaurera y un cartaganero, aunque nacido en Bogotá.

Gustavo Petro, nació en Ciénaga de Oro, Córdoba, pero casi toda su vida ha transcurrido entre Zipaquirá y Bogotá, no obstante, jamás perdió contacto con su tierra y sus ancestros, especialmente con la familia paterna. Su padre Gustavo Petro Sierra, costeño nacido en Cereté, Córdoba, y su madre Claudia Nubia, oriunda en Gachetá, Cundinamarca, conformaron una pareja muy conectada con esta región del norte de Colombia.

David Racero, entre tanto, es hijo de Miriam Mayorca, nacida en el municipio de Manaure, Cesar, y su padre Jorge Racero, cartagenero de cepa, pero se trasladó muy joven a la capital de la Republica en donde se conoció con su esposa con quien tiene dos hijos David Ricardo, presidente de la honorable Cámara de Representantes y Jorge Luis.

Un Caribe de nacimiento y otros que no habiendo nacido en este territorio es hijo de costeños y se define como un Caribe más, como lo ha sostenido en varias ocasiones en las que ha dicho que su ADN es de esta tierra, son dignatarios de dos Ramas del Poder Público, el uno en el ejecutivo y el otro en el legislativo, de quienes la Costa Atlántica se siente representada y espera mucho.

El presidente de la Republica tiene un gran reconocimiento nacional e internacional porque ha sido Representante a la Cámara, Senador y candidato a la Presidencia en varias ocasiones hasta conquistarla en junio pasado. Racero Mayorca, entre tanto, apenas ha llegado por segunda vez a la Cámara de Representantes conquistando la presidencia, por lo que es mucho menos conocido que el presidente de la Republica y ni siquiera los propios costeños conocíamos sus orígenes.

Con ocasión de un homenaje que le tributó, a mediados del mes de agosto pasado, la Cámara de Comercio de Valledupar, sus padres retornaron a la región e hicieron comentarios que reafirman la calidad costeñísima de Racero. Jorge, su padre dijo que su hijo, “tiene las dos características: además de sangre Caribe, todos los fines de año como en vacaciones siempre veníamos a nuestras tierras y siempre estuvo conectado con la dinámica Caribe, y cachaco porque nació en Bogotá y ha desarrollado su proceso en esa ciudad”.

Su madre Miriam Mayorca Castilla, sostuvo: “En el hogar nuestro no es típico estar escuchado vallenato como ocurre acá, pero ellos como hasta los 12 años eran muy rolos y luego les fue gustando esa característica de la Costa. Por ejemplo, no sabían bailar vallenato y ahora pueden dar clases”.

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Luis Joaquín Mendoza Sierra

De esencia campesina, hijo de la calle, como llamaron, por siempre, a los paridos fuera del matrimonio, nacido en el corregimiento de La Peña (La Guajira), creció realizando tareas rurales en calidad de sirviente, hasta que soñando trascender, fundado en su gran tenacidad, se trasladó a Valledupar, y al ganar unos pesos desempeñándose como maletero y, más tarde, lustrabotas en el aeropuerto Alfonso López, de esa ciudad, se lanza a la conquista del universo que soñaba convirtiéndose en comunicador social-periodista, en la Universidad Autónoma del Caribe.

Luego de un recorrido feraz a través de medios de comunicación de Valledupar, escala hacia Bogotá en donde labora como periodista de RCN radio orientado por el maestro Juan Gossaín, y al tiempo, por las noches y los fines de semana estudia, inicialmente, la maestría en ciencias políticas y, luego, la especialización en integración económica internacional en la Pontificia Universidad Javeriana.

La experiencia y los estudios lo convierten en estratega de campañas políticas exitosas, a través de un marketing innovador y, finalmente se encamina por la competitividad a partir de la que lidera la formulación de planes y agendas de productividad y competitividad, de los departamentos del Cesar y La Guajira.

Luis Joaquín, un ser humano que transpira humildad y generosidad, ha escrito varios libros, entre ellos la biografía novelada de Diomedes Díaz, Un Muchacho Llamada Diomedes que, con la muerte del cantautor de fama internacional, desarrolla una versión aumentada llamada El Silencio del Coloso. Es, así mismo, músico y compositor por afición y estudioso de la competitividad territorial en la que se desempeña como consultor regional.