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John Bolívar Acosta

Cuando uno lo escucha sobre la manera como decidió su profesión de actor, pero además de escritor, tiene, irremediablemente, se remitirse a Gabo. Claro, por su talento, pero, ante todo, por la manera como heredó de su abuela Josefa, la forma de narrar.

La de Josefa, es una característica de todos los peñeros, habitantes de un pequeño y hermoso poblado situado en bordes de las primeras colinas que rodean la parte nororiental de la Sierra Nevada de Santa Marta, quienes cuentan historias de manera fantástica.

Es connatural de todo peñero, aunque John no haya nacido allí, pero su ADN tiene la marca de este pueblo cuna de su abuela, cuyos habitantes, en general, narran conversando. Algo heredó el cantautor y arista destacado Diomedes Díaz, de este pueblo en donde nació su padre Rafael María Diaz, y, en donde, el propio Diomedes, vivió entre los tres meses de nacidos y los nueve años, cuando migró hacia Villanueva (La Guajira).

De allí extrajo el extraordinario actor John Bolívar Acosta, su talento para hacer literatura, cine y televisión. Josefa Acosta, tanto en La Peña, como en el barrio Primero de Mayo de Valledupar en donde vivió gran parte de su vida, era reconocida como una gran narradora de historias.

“La forma de narrar de mi abuela, era impresionante”, nos dijo Acosta, quien agregó: “Tengo cuentos completos, escritos por mí, pero casi que lo único que hice fue transcribirlos, porque la perfección de la narrativa de mi abuela, los dejaba casi terminados”.

John Bolívar, tiene una larga experiencia de actuación que inició dirigiendo un grupo de teatro en el Colegio Loperena, donde terminó su bachillerato. Luego de una experiencia interesante en Valledupar, migró hacia Bogotá en donde tomó clases en la Corporación Colombiana de Teatro.

Paralelo los estudios, realizaba presentación, impulsaba la cultura, impulsó negocios de gastronomía a través de restaurantes, y se vinculó a grandes producciones de la televisión colombiana como Casa de Reinas, La Costeña, El Cachaco y Chepe Fortuna, entre otras.

Recientemente ha desarrolla un papel formidable en el seriado sobre la vida del cantautor del Vallenato, ciego de nacimiento, Leandro Díaz, que ha cautivado grandes franjas de la televisión en Colombia. En esta obra interpreta al juglar Chico Bolaño, maestro que, según investigadores y críticos de la cultura vallenata, fue quien definió los bajos de los aires del vallenato.

Pero John Bolívar Acosta, ya había brillado en la boiserie sobre Diomedes Díaz, el más afamado artista del Vallenato. Allí interpretó, con resonante éxito por su estilo y calidad de su actuación, a Joaquín ´Joaco´ Guillén, el criollo y boquisuelto personaje que fuera, en una época, mánager del Cacique de la Junta. Rafael, hijo de Acosta, lo antecedió en este papel, al interpretar el mismo personaje en su juventud.

Talento hay, pero falta apoyo gubernamental.
Para el actor que interpreta al juglar Chico Bolaños en la novela de Leandro Díaz, en el Cesar hay muchos talentos para la carrera actoral pero carecen de apoyos gubernamentales.

“Aquí todo el mundo tiene talento para la actuación, el talento existe, pero el talento sin trabajo no es nada, absolutamente nada. Sin talento tampoco hay nada, pero se requiere trabajo, disciplina y formación”, señala el director vallenato.

Quien fue jefe de casting de Betty la fea aseguró a EL PILÓN que los mandatarios no entienden que las artes y la cultura “son el eje transversal de toda transformación revolucionaria y esenciales para un verdadero desarrollo”.

“Por los lados de la institucionalidad la actualidad del teatro es deprimente, triste, porque no entienden que es cultura. Estamos fregados con estos mandatarios que no tienen gusto por la cultura. Desesperanzador”, afirma.

No obstante, Bolívar destaca que actualmente hay grupos como Maderos, Universidad Popular del Cesar y Facetas, que siguen haciendo teatro por cuenta propia y tratando de alimentar el teatro en las nuevas generaciones.

En cuanto al nivel de los actores locales, afirma que Valledupar ha sido favorecida por la música vallenata, porque ha producido juglares o artistas que tienen mucha importancia que obliga a las productoras a rodar en la ciudad y, por consiguiente, a fomentar la actuación.

“Se ha probado que acá todo el mundo es un actor, que íbamos a hacer una escena, no llegó el que tiene que hacer el papel y le dicen al extra y el extra lo hace con una naturaleza impresionante”, concluyó Bolívar.

El Día Internacional de la Actriz y el Actor rinde homenaje a aquellos hombres y mujeres del género del cine, televisión y teatro que con su talento brindan lo mejor de sí mismos en el mundo de las artes escénicas.

“Los actores y actrices transmiten la esencia de los personajes que interpretan con dedicación y pasión, construyendo espacios para el arte y la reflexión, siendo capaces de transmitir las más profundas emociones”, señala el portal datoposta.com.

La actuación es uno de los oficios artísticos más antiguos de la humanidad. La efeméride se celebra en memoria de San Ginés de Roma, un actor del siglo III considerado un mártir por la iglesia católica.


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Luis Joaquín Mendoza Sierra

De esencia campesina, hijo de la calle, como llamaron, por siempre, a los paridos fuera del matrimonio, nacido en el corregimiento de La Peña (La Guajira), creció realizando tareas rurales en calidad de sirviente, hasta que soñando trascender, fundado en su gran tenacidad, se trasladó a Valledupar, y al ganar unos pesos desempeñándose como maletero y, más tarde, lustrabotas en el aeropuerto Alfonso López, de esa ciudad, se lanza a la conquista del universo que soñaba convirtiéndose en comunicador social-periodista, en la Universidad Autónoma del Caribe.

Luego de un recorrido feraz a través de medios de comunicación de Valledupar, escala hacia Bogotá en donde labora como periodista de RCN radio orientado por el maestro Juan Gossaín, y al tiempo, por las noches y los fines de semana estudia, inicialmente, la maestría en ciencias políticas y, luego, la especialización en integración económica internacional en la Pontificia Universidad Javeriana.

La experiencia y los estudios lo convierten en estratega de campañas políticas exitosas, a través de un marketing innovador y, finalmente se encamina por la competitividad a partir de la que lidera la formulación de planes y agendas de productividad y competitividad, de los departamentos del Cesar y La Guajira.

Luis Joaquín, un ser humano que transpira humildad y generosidad, ha escrito varios libros, entre ellos la biografía novelada de Diomedes Díaz, Un Muchacho Llamada Diomedes que, con la muerte del cantautor de fama internacional, desarrolla una versión aumentada llamada El Silencio del Coloso. Es, así mismo, músico y compositor por afición y estudioso de la competitividad territorial en la que se desempeña como consultor regional.