Aunque el gobierno colombiano determinó aplazar, para febrero de 2024, la publicación de la hoja de ruta para la descarbonización de la economía del país que afianzará el proceso de transición energética, se conoció un documento que fija las líneas generales de lo que será este proceso que, al tiempo que tiene grandes beneficios para mitigar el cambio climático y avanzar en la preservación del medio ambiente, genera un gran impacto para las finanzas de departamento como el Cesar cuyos ingresos dependen del carbón.
La ruta es inevitable y urgente para que oriente el camino de departamentos como el Cesar que tiene el 40% del PIB representado en carbón mineral que, a vuelta de uno par de décadas, dejará de explotarse y por tanto, será inevitable modernizar el aparato productivo para que el sector agropecuario, el turismo y un poco de minera, sustituyan los ingresos y empleo en el territorio.
El escenario económico y social que provocará la transición energética a través de la que los combustibles fósiles serán reemplazados, por energías limpias, en un proceso gradual, pero según el querer del actual gobierno colombiano, un tanto acelerado, ya ha mostrado sus garras en el Cesar, pues hace apenas un par de años, la suspensión de la extracción de carbón por parte de a firma Prodeco, fiial de Glencore, hizo que se frenaran 5.000 empleos directos y 25.000 indirectos, aproximadamente, en un departamento en donde el desempleo ronda el 15%.
El gobierno nacional ha invitado a las regiones a apuntarse al proceso para lo cual publicó un documento que es el insumo principal para avanzar en la estructuración de la ruta bajo los siguientes tres tipos de programas, que, al tiempo, tienen principios y objetivos muy claros.
Los tres programas que se desplegaran a lo largo del proceso son;
- Comunidades energéticas y distritos energéticos, para darle impulso a la energía solar, eólica y bioenergía.
- “Energía del cambio”, en el que se tratarán temas de movilidad sustentable, la eficiencia energética y el gas natural para la transición.
- Instituto Nacional de Transición Energética, que será para el fomento de la industria nacional asociada a tecnologías de las energías renovables a través del desarrollo de componentes y prototipos industriales.
Los principios de la transición energética son: equidad, Conocimiento, participación social vinculante, gradualidad, soberanía y confiabilidad. A partir de estos principios se formularon los objetivos, que tiene que ver con:
• Adaptar la matriz para enfrentar el cambio climático.
• Transitar a una economía productiva.
• Justicia social y ecológica.
• La energía un derecho universal.
Cámara de Comercio de Valledupar para el Valle del río Cesar, ha anunciado que activará esta estrategia en la que vinculará a través de mesas de trabajo y talleres a los actores que integran las comunidades energéticas como las ha llamado el gobierno.
Estas comunidades están integradas por los actores representativos de la sociedad que integran el sector público, empresarios y gremios, la academia, investigadores, en particular, a los que se sumarán los usuarios a través de las organizaciones sociales, para en consenso, definir esta hoja de ruta, mucho más urgente para territorios productores de recursos mineros como el carbón y el petróleo.