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EL VALOR DE SER LA EXCEPCIÓN

IMAGEN REYES VITALICIOS Fundación Festival de la Leyenda Vallenata

Dos acordeoneros rechazaron ser reyes vitalicios EL VALOR DE SER LA EXCEPCIÓN


Dos de los nueve acordeoneros incluidos en un listado escogido por la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata para declararlos reyes vitalicios, en el 58° certamen del próximo año, rechazaron el ofrecimiento y coincidieron en no ser son amigos de homenajes y reconocimientos.


Emiliano Zuleta Diaz, quien, junto a su hermano Poncho, conformó la reconocida agrupación vallenata Hermanos Zuleta, y Andrés el Turco Gil, acordeonero y maestro fundador de la primera escuela para enseñar vallenato, y de la agrupación Los Niños del Vallenato, rechazaron la iniciativa de la fundación de concederles el título de reyes vitalicios junto a siete colegas que intentaron, en distintas épocas, ser reyes y nunca lo lograron.


Ambos músicos coincidieron no ser amigos de los homenajes, “ni de las estatuas”, añadió Emilianito Zuleta, que en declaraciones para medios de comunicación sostuvo que en un escenario en el que “todo mundo quiere ser rey, ser la excepción es lo que más vale”, recordando, al tiempo, que nunca quiso ser rey, menos ahora cuando está cumpliendo cinco años de retiro de la música.


Andrés El Turco Gil, no se quedó atrás, al recordar que, prácticamente, nunca ha tocado vallenato. E insistió, como lo señaló hace un tiempo para Puyesson.com que, al contrario, los analistas y críticos del vallenato le decían loco por su avanzado estilo que exploró las disonancias y otros recursos sonoros del acordeón, alrededor del que el triple rey del Festival Alfredo Gutiérrez, sostuvo que se había adelantado 30 años a los acordeoneros del futuro vallenato.
Las dos cohortes de Reyes vitalicios.


Había ocurrido en 1999, cuando la fundación, liderada por Consuelo Araujo Noguera, decidió hacerle un reconocimiento a un grupo de acordeoneros, más que ello, grandes maestros del acordeón y juglares, cuyo legado engendró y propagó el vallenato auténtico y a pesar de que muchos de ellos, hicieron intentos para ganar la corona, no tuvieron suerte.

En esa ocasión fueron declarados reyes vitalicios: los juglares Francisco ‘Pacho’ Rada, Lorenzo Morales, Abel Antonio Villa, Andrés Landero y Antonio ‘Toño’ Salas. Fue la versión del Festival de la Leyenda Vallenata en la que se coronó como Rey Vallenato Hugo Carlos Granados Córdoba, quien estuvo acompañado en la caja por José Jaime ‘JJ’ Murgas Ávila y en la guacharaca Odacyr ‘El Ñeko’ Montenegro.

La noche de ese sábado primero de mayo de 1999 en la tarima Francisco El Hombre de la plaza Alfonso López, el nuevo rey y sus acompañantes interpretaron el paseo, ‘Las mujeres’ (Isaac Carrillo); el merengue, ‘De hinojos’ (Isaac Carrillo); el son, ‘Amor Irresistible’ (Luis Enrique Martínez) y la puya, ‘La puya’ (Hugo Carlos Granados e Ivo Díaz). El jurado estuvo integrado por los juglares Francisco ‘Pacho’ Rada, Antonio ‘Toño’ Salas y Lorenzo Morales; el coronel de la policía Ciro Hernando Chitiva y el folclorista Roberto ‘El Turco’ Pavajeau Molina.


El próximo año cuando se realiza la versión 58° del certamen folclórico en homenaje a Omar Geles, la fundación que lo organiza determinó declarar reyes vitalicios a los acordeoneros: Ovidio Granados Melo, Emilio Oviedo Corrales, Andrés ‘El Turco Gil Torres, Emiliano Zuleta Díaz, Israel Romero Ospino, y los fallecidos Florentino Montero, Lizandro Meza Márquez, Juan Humberto Rois Zúñiga y Miguel Ahumada Maya, aunque como está explicado, Zuleta y Gil, rechazaron el título de reyes vitalicios y, por tanto, la corona que les entregarían en ceremonia especial.

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Luis Joaquín Mendoza Sierra

De esencia campesina, hijo de la calle, como llamaron, por siempre, a los paridos fuera del matrimonio, nacido en el corregimiento de La Peña (La Guajira), creció realizando tareas rurales en calidad de sirviente, hasta que soñando trascender, fundado en su gran tenacidad, se trasladó a Valledupar, y al ganar unos pesos desempeñándose como maletero y, más tarde, lustrabotas en el aeropuerto Alfonso López, de esa ciudad, se lanza a la conquista del universo que soñaba convirtiéndose en comunicador social-periodista, en la Universidad Autónoma del Caribe.

Luego de un recorrido feraz a través de medios de comunicación de Valledupar, escala hacia Bogotá en donde labora como periodista de RCN radio orientado por el maestro Juan Gossaín, y al tiempo, por las noches y los fines de semana estudia, inicialmente, la maestría en ciencias políticas y, luego, la especialización en integración económica internacional en la Pontificia Universidad Javeriana.

La experiencia y los estudios lo convierten en estratega de campañas políticas exitosas, a través de un marketing innovador y, finalmente se encamina por la competitividad a partir de la que lidera la formulación de planes y agendas de productividad y competitividad, de los departamentos del Cesar y La Guajira.

Luis Joaquín, un ser humano que transpira humildad y generosidad, ha escrito varios libros, entre ellos la biografía novelada de Diomedes Díaz, Un Muchacho Llamada Diomedes que, con la muerte del cantautor de fama internacional, desarrolla una versión aumentada llamada El Silencio del Coloso. Es, así mismo, músico y compositor por afición y estudioso de la competitividad territorial en la que se desempeña como consultor regional.