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El CCMV SE ANTICIPÓ A LA UNESCO

Cuando 2015 la UNESCO declaró al Vallenato Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad, el Cesar se había anticipado a esa decisión de protección, conservación y promoción de este género musical, a través de una determinación incorporada en el Plan de Desarrollo Prosperidad a Salvo-2012-2015, del gobernador Luis Alberto Monsalvo, de construir el Centro Cultural de la Música y de la Cultura Vallenata CCMV.
Namibia, África, presencia la decisión de este organismo del Sistema de la ONU, especializado en ciencia, educación y cultura, en la décima sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, que los protagonistas y amantes del vallenato celebramos como máximo logro para beneficio de esta manifestación folclórica.
Previa a esta decisión se habían producido avances fundamentales para que así fuera. Un trabajo admirable de un grupo de estudiosos e investigadores del vallenato promovió, junto al gobierno nacional, el Plan Especial de Salvaguardia (PES) como un instrumento de gestión y una guía de ruta, orientado a la protección del vallenato y luego, sobrevino, la declaratoria nacional del vallenato como patrimonio de la nación.


En 2011, plena campaña electoral para la gobernación del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, candidato y, a la postre, triunfador de la contienda, comenzó a hablar de la posibilidad de impulsar la construcción de un espacio de protección, conservación y promoción del vallenato, que luego incorpora en su plan de desarrollo.

Ante diversas dificultades, entre ellas, la negligente participación del gobierno nacional de Juan Manuel Santos, cuya ministra se negó a cofinanciar la inversión para el proyecto, el sueño quedó truncado en ese periodo, trasiega a través de la administración de Franco Ovalle, para quien la iniciativa carecía de importancia e implicaba la destinación de recursos que no estaba dispuesto a hacer, porque a su juicio, debían ser orientados a otros propósitos.

De manera casi contumaz, Luis Alberto Monsalvo, revivió el proyecto en su propuesta de gobierno y luego en su plan de desarrollo Lo Hacemos Mejor y lo ha convertido en una realidad que se ve y se siente, pues el propósito y la magnitud de la obra son dignos de reconocimiento y admiración.

No es cierto, entonces, que la intención de este joven líder visionario de la política cesarense se haya sumado a la determinación de la UNESCO, como creen algunos o, como se expresa, incluso, a través de información oficial. Antes, por el contrario, la decisión encontró un terreno abonado con este proyecto magno que se construye en Valledupar.

La moderna edificación cuya construcción avanza a gran ritmo, tendrá cinco niveles, además de un sótano con parqueo para cerca de 250 vehículos, en los que se alojarán un centro de convenciones con espacio abierto al público, como cafeterías, bancos y locales de comercio. Un museo, un hall de la fama en donde estarán exhibidas las esculturas elaboradas en cera, de los protagonistas más connotados del Vallenato, camerinos, sala de organología, estudios de grabación y un centro de documentación.

La edificación estará coronada por una terraza/mirador, en donde se encontrarán restaurantes y cafeterías. Este centro de protección, promoción y conservación del vallenato y la cultura vallenata, en general, será fundamental para proteger esta manifestación folclórica y para promover el turismo.

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Luis Joaquín Mendoza Sierra

De esencia campesina, hijo de la calle, como llamaron, por siempre, a los paridos fuera del matrimonio, nacido en el corregimiento de La Peña (La Guajira), creció realizando tareas rurales en calidad de sirviente, hasta que soñando trascender, fundado en su gran tenacidad, se trasladó a Valledupar, y al ganar unos pesos desempeñándose como maletero y, más tarde, lustrabotas en el aeropuerto Alfonso López, de esa ciudad, se lanza a la conquista del universo que soñaba convirtiéndose en comunicador social-periodista, en la Universidad Autónoma del Caribe.

Luego de un recorrido feraz a través de medios de comunicación de Valledupar, escala hacia Bogotá en donde labora como periodista de RCN radio orientado por el maestro Juan Gossaín, y al tiempo, por las noches y los fines de semana estudia, inicialmente, la maestría en ciencias políticas y, luego, la especialización en integración económica internacional en la Pontificia Universidad Javeriana.

La experiencia y los estudios lo convierten en estratega de campañas políticas exitosas, a través de un marketing innovador y, finalmente se encamina por la competitividad a partir de la que lidera la formulación de planes y agendas de productividad y competitividad, de los departamentos del Cesar y La Guajira.

Luis Joaquín, un ser humano que transpira humildad y generosidad, ha escrito varios libros, entre ellos la biografía novelada de Diomedes Díaz, Un Muchacho Llamada Diomedes que, con la muerte del cantautor de fama internacional, desarrolla una versión aumentada llamada El Silencio del Coloso. Es, así mismo, músico y compositor por afición y estudioso de la competitividad territorial en la que se desempeña como consultor regional.