Por esta entrañable radiodifusora habían pasado verdaderas glorias de la radio como Andrés Salcedo, Electo Gil Bustamante, Alberto Luis Colina, Adolfo Acuña Porras, Rodrigo Ahumada, Egberto Gutiérrez Acosta, Eugenio A Villamizar y José Luis Parada. Al morir de Don Manuel Pineda, la empresa pasa a manos de un grupo de inversionistas, liderado por Consuelo Araujo Noguera, quien como otras periodistas Lolita Acosta, Mary Daza, Vicky Medina, habían pasado por sus micrófonos haciendo verdadera radio de servicio y constituyéndose en una escuela de periodismo y locución.
La emisora había sido el espacio físico y de promoción de la creación del departamento del Cesar. Manuel Pineda, su fundador, prohijó el proyecto y su emisora fue una herramienta casi determinante en el proceso, especialmente, porque aglutinó a la dirigencia, promovió el proyecto a través de noticias, editoriales y convocatorias. En fin la encaminó, de manera entusiasta, a la consecución del propósito.
Consuelo, escritora, periodista, y fundadora, junto al expresidente Alfonso López y al maestro Rafael Escalona, del Festiva de la Leyenda Vallenata, hizo parte de ese grupo, pero ante todo su desempeño como periodista de la emisora que vio crecer, le despertó gran afecto, por lo que al fallecer don Manuel Pineda, gozando, además, del aprecio y admiración de la familia del empresario, se embarcó en la desafiante idea de comprar Radio Guatapurí, lo que no solo logró sino que mantuvo, hasta su abominable asesinato, su entusiasmo y dedicación a la empresa.
No debió ser fácil acometer las retadoras misiones de Consuelo, luego de su prematura muerte. El Festival Vallenato y Radio Guatapurí, afrontarían la desafiante inflexión que dejaba su ausencia final. Pero sus hijos honraron su memoria haciéndolo bien en entrambos designios. Ya María Mercedes había tenido un excelente entrenamiento como gerente de la emisora en vida de su madre, y todos habían hecho escuela en el Festival a lo largo de varias décadas, lo que aseguró resultados admirables, como ocurre hoy con la emisora en la que permanece al frente, con acierto tenaz Andrés Alfredo, un pollo de casta que con sus logros ha demostrado de qué está hecho.
La constitución del póker de ases, no fue entonces un arrebato ocasional, ni capricho de Consuelo, sino el resultado de su afecto profundo y restaurador de una emisora que ya asomaba como patrimonio de la región y en donde ella se había hecho periodista, y la desaparición de su fundador, entrañaba algún riesgo hacia el futuro.