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Río de oro y su festival de la matanza del tigre

Por: Lorena Quiñonez

Año tras año, los 6 enero, se vive en Río de Oro, sur del Cesar, el gran Festival de la Matanza del Tigre, pero no se dejen asustar por el nombre, que es solo una gran fiesta de alegría, color y mucho arte, donde todos los artesanos del pueblo sacan a relucir sus mejores técnicas, en cuanto a máscaras, disfraces, y atuendos.

Está fiesta es un trabajo colectivo de todo el pueblo. Por donde quiera que vayas en Rio de Oro, desde un niño hasta un anciano, sabe moldear una máscara con barro traído de la cordillera o la técnica del papel maché para darle forma.

Con fina creatividad los artesanos elaboran desde una forma de perro o un tigre hasta criaturas mitológicas raras y complicadas. Es muy común encontrarse un riodorense en cualquier lugar del mundo que bien sabe algo de arte, desde coser, pintar, moldear; va en nuestras venas, la estética, el amor por lo que hacemos la alegría y la festividad, aseguro que lo llevamos por dentro.

La comparsa más esperada, sin duda alguna, es la de los negros, esos que vienen siempre con algarabía música y echando versos a propios y extraños. Los protagonistas son un imponente jaguar o tigre manchado y una lavandera, que como la tradición dicta, las mujeres en épocas pasada iban a lavar en el imponente río y cuando todas estaban en la labor de lavado de la ropa, un enorme tigre baja desde la cordillera y las ataca. De inmediato toda la población pequeña pero imperante, sale a la caza del tigre con ayuda de un perro y una osa andina domesticada que será llamado con la mariana y que en su travesía se enreda en los musgos de los grandes arboles de la zona.

En la búsqueda por cazar el tigre todos salían con algarabía, lanzas y cantando para atraer a la fiera hasta dar con ella y es ahí donde, con ayuda del perro y la osa, cazan al animal que esperaba en un gran tronco para lanzarse hacia ellos. Al cazar el animal en la cordillera, tras días de intensa búsqueda, llegaron al pueblo con el cuero del tigre en la punta de las lanzas. Es ahí donde nace la leyenda que se rememora, cada año, hace décadas en la población.

Todos los años se le rinde honor al tigre y esto ha evolucionado hasta ver lo que hoy en día cuando el talento y la creatividad de los riodorenses deleitan a nativos y turistas. Sin duda esta es la fiesta más importante y más concurrida en toda región y estamos seguros que año tras año será mejor. Por eso la invitación es venir a Río de Oro, donde la cultura y la tradición se respiran por sus calles empinadas y su clima perfecto para el disfrute de propios y extraños.

Luis Joaquín Mendoza Sierra

De esencia campesina, hijo de la calle, como llamaron, por siempre, a los paridos fuera del matrimonio, nacido en el corregimiento de La Peña (La Guajira), creció realizando tareas rurales en calidad de sirviente, hasta que soñando trascender, fundado en su gran tenacidad, se trasladó a Valledupar, y al ganar unos pesos desempeñándose como maletero y, más tarde, lustrabotas en el aeropuerto Alfonso López, de esa ciudad, se lanza a la conquista del universo que soñaba convirtiéndose en comunicador social-periodista, en la Universidad Autónoma del Caribe.

Luego de un recorrido feraz a través de medios de comunicación de Valledupar, escala hacia Bogotá en donde labora como periodista de RCN radio orientado por el maestro Juan Gossaín, y al tiempo, por las noches y los fines de semana estudia, inicialmente, la maestría en ciencias políticas y, luego, la especialización en integración económica internacional en la Pontificia Universidad Javeriana.

La experiencia y los estudios lo convierten en estratega de campañas políticas exitosas, a través de un marketing innovador y, finalmente se encamina por la competitividad a partir de la que lidera la formulación de planes y agendas de productividad y competitividad, de los departamentos del Cesar y La Guajira.

Luis Joaquín, un ser humano que transpira humildad y generosidad, ha escrito varios libros, entre ellos la biografía novelada de Diomedes Díaz, Un Muchacho Llamada Diomedes que, con la muerte del cantautor de fama internacional, desarrolla una versión aumentada llamada El Silencio del Coloso. Es, así mismo, músico y compositor por afición y estudioso de la competitividad territorial en la que se desempeña como consultor regional.